Moggaro supera la década de actividad desde su implantación en Valverde

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06 Abr 2015

(2015-04-06).- La empresa Moggaro, dedicada a la fabricación de barcos de aluminio, ha superado la década de actividad en sus instalaciones de Valverde. Así se pone de manifiesto en un reportaje publicado en la prensa y que se reproduce a continuación.

Se trata de una más de las nuevas empresas que se han instalado en Valverde desde que se ampliara el polígono industrial gracias a la gestión del equipo de Gobierno del Ayuntamiento.

La fábrica de barcos de aluminio Moggaro vive las semanas más intensas de su año más productivo desde que nació «de casualidad» en 2004 en Valverde del Majano, en el mismo polígono del whisky DYC y las compresas de Ontex. Un pequeño astillero en plena Campiña Segoviana no podía arrancar con la mejor carta de presentación pero, como valora su fundador, «el boca a boca» ha terminado convirtiendo el recelo de su ubicación, a más de 350 kilómetros de la costa más próxima, en una «exótica» virtud que afianza su condición de referente naval mundial «en la tierra del acueducto y el cochinillo».

Su nave del polígono Nicomedes García, de algo más de 800 metros cuadrados, se ha quedado pequeña para atender todos los pedidos que acumula para su remate y entrega a partir de mayo. Tiene dos barcos de pasaje en construcción, uno para Mallorca y otro para Portugal; dos lanchas rápidas encargadas por un parque de atracciones alemán que espera otras dos; un catamarán destinado a inspección hidrográfica en Venezuela; y seis barcos más en la empresa vecina que se encarga del ensamblaje, la calderería De Pablos.

«Este año haremos unas 25 unidades, nunca tuvimos tantos encargos», celebra Santiago Parga, el ingeniero de caminos bilbaíno y residente en Madrid que hace once años, mientras trabajaba en las obras del Ave a Valladolid, tuvo la ocurrencia de montar esta peculiar fábrica de barcos de aluminio cuando en España apenas se conocía la aplicación naval de este material como alternativa a la clásica fibra. Tenía 34 años, acababa de terminar su primera embarcación para uso propio tras varios meses de trabajo en precario, en un pueblo de Asturias los fines de semana y sin apenas infraestructura, y al ver el resultado empezó a rondarle la idea de saltar del hobby al negocio.

«Dio la coincidencia de que tuve una reunión con empresarios del polígono por mi trabajo en la línea ferroviaria», recuerda en declaraciones a Ical. «Arturo de Pablos me dio una tarjeta, vi que era calderero, le propuse probar, funcionó y aquí seguimos». Santiago es el gerente y su hermano y socio José, ingeniero naval, le apoya con los diseños.

Los barcos más pequeños miden cuatro metros, los más grandes quince y en total ha construido ya casi 200 para una docena de países de cuatro continentes; los primeros necesitan un mes de trabajo y los segundos, cuatro y medio. En Segovia ya ha «tocado techo», este año su equipo ha pasado de seis a catorce personas (subcontratas aparte) y acaba de abrir una delegación en un pueblo de la ría de Ribadeo, en la frontera entre Galicia y Asturias, para poder asumir más producción.
Pero su sede y denominación de origen seguirá siendo segoviana. «El cliente que demanda barcos de aluminio es muy especial y al principio se mostraba reacio», recuerda Parga. «Y ahora resulta que le parece exótico venir aquí a comprar, el encanto turístico de Segovia ha pasado a ser una ventaja», lógicamente, apoyada en una gama de 25 modelos que en su mayoría han encontrado sitio en el mercado.

Los seis primeros años, entre 2004 y 2010, los pedidos no daban más que para mantener su actividad durante media campaña: «De junio a diciembre no vendíamos nada». La crisis pegó fuerte en 2011, la demanda privada se desplomó y Parga llegó a plantearse el cierre, pero el sector atunero salvó su peor etapa con un pedido de una veintena de auxiliares que le dio vida hasta 2013.

Y ahora es el sector turístico el que le ha brindado buena salud y actividad continua asegurada hasta octubre de 2015, más los encargos que puedan seguir entrando. Su facturación se ha multiplicado por cinco con respecto a 2011 y este ejercicio superará los dos millones, sobre todo gracias a los barcos más grandes, de uso turístico, que rondan los 380.000 euros. «De esos hicimos dos en 2009 y ninguno en los cinco años siguientes», destaca.

Aunque en realidad es otro producto más pequeño y asequible (siete metros y 127.000 euros) el que ha puesto a Moggaro al frente del mercado: el ‘jetboat’, una lancha rápida capaz de hacer trompos de 360 grados a 35 nudos y otras maniobras imposibles para embarcaciones similares. Frena, se clava y se hunde al estilo de las motos de agua: «Es como si hubiéramos inventado el Jet Ski pero con doce plazas», explica.
El pequeño astillero segoviano es el único que lo fabrica en Europa. Santiago Parga y su hermano lo pusieron en el mercado en 2008: «Ya entonces pensábamos que iba a ser un boom, pero la crisis pegó como pegó y en cuatro años vendimos sólo cinco». De hecho, «las empresas que los compraron hicieron muy buen negocio y el boca a boca hizo que muchas otras se interesaran, pero no podían adquirirlos porque nadie les daba financiación».

Sin embargo, el grifo del crédito empezó a abrirse en 2012 y el barco turístico de alta velocidad se sumó al atunero para rescatar el negocio, con el valor añadido de su proyección internacional. «En España ya hemos vendido varios y también en Egipto, Francia, Suiza (para uso en lago), Alemania (parque de atracciones), Santo Domingo, Colombia… Y ahora nos los están pidiendo para Argelia», valora. No en vano, «16 o 17» de las 25 embarcaciones encargadas para 2015, el año en que al final se ha producido el boom frustrado en 2008, corresponden a algún modelo de esta línea comercial.

«El ‘jetboat’ se ha convertido en la base de nuestro negocio porque, ahora que tenemos un buen número de unidades en funcionamiento en distintos países y sin ninguna incidencia en todos estos años, lo lógico es que los pedidos aumenten», vaticina Parga.

Además, «el tema de las homologaciones para vender fuera no es fácil» y Moggaro ya las tiene en muchos países donde ha tomado la delantera a las «cuatro o cinco» empresas de Nueva Zelanda y Estados Unidos que podrían ser competencia.

Información de: http://www.elnortedecastilla.es/segovia/201503/23/astillero-toda-maquina-campina-20150323110415.html

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