(2008-12-19).- A los personajes históricos de Valverde del Majano como Nicomedes García, Agapito Marazuela o Monseñor Ayuso, se acaba de unir otro vecino: es Jano, un joven que se ha propuesto convertirse en amigo de todos los niños y mostrarles la historia y recursos del municipio.

Tras una anterior presentación, el alcalde de Valverde, Rafael Casado, ha mostrado en el colegio de la localidad la segunda parte de la historia de Jano. Se trata de un acto de despedida del curso y bienvenida de las vacaciones navideñas.

Los pequeños disponen ya de un cómic y un coloreable con los que se han familiarizado con Jano y su primo Valdo. A su historia en papel se unirán otros formatos como pegatinas, vasos, jarras,  y otros objetos de uso cotidiano, como lo son los escenarios que se repiten en las historietas que  los pequeños ya colorean en sus hogares.

Aunque menos real que lo fueron el famoso folclorista o el conocido empresario valverdano, Jano protagoniza una historia que bien podría repetirse. Es el típico niño de ciudad que da vida al personaje principal de la nueva historia. Llega al pueblo de Valverde del Majano. Lo hace de visita y en compañía de sus tíos. Trae consigo una consola portátil pero se olvida la batería, con lo cual muestra su enfado nada más llegar. Se instala en casa de sus tíos y conoce a su primo, Valdo, un chico de su misma edad que actuará de vínculo para que conozca el pueblo, las costumbres y la naturaleza que le rodea, y el contrapunto a la actitud metropolitana y ajena de Jano con respecto a los animales y espacios naturales.

También conocerá a Majín, un cordero que hará las veces de mascota del dúo en sus correrías por el pueblo.

Poco a poco, Jano pasará del desencanto inicial al entusiasmo mientras se va divirtiendo con sus actividades y descubrimientos en el pueblo, comprendiendo la importancia de la naturaleza, e identificándose con los valores de Valverde.

El tema principal de esta historia es el descubrimiento a través de los ojos de un niño de ciudad, de las maravillas que esconde el contacto con la naturaleza y la tranquila sencillez de un pueblo. También cómo aprende a apreciarlo, hasta el punto de convertirse en su lugar favorito.

(El Adelantado de Segovia)