(2011-12-25).- Pedro Martínez, vecino de Valverde del Majano, se considera “un entusiasta belenista” desde que siendo un niño “de seis o siete años” comenzara a poner un nacimiento “con figuras de plástico y un río de papel de aluminio” en su Puente de Génave (Jaén) natal.
En la actualidad, ocupa cada año 16 metros cuadrados de un garaje de su propiedad con más de 250 figuras de barro de 21, 17 y 15 centímetros, colocadas en un diorama que tiene agua corriente, nueve módulos de edificios y una central electrónica que regula la cantidad de luz y diversos efectos de sonido: truenos, viento, animales, voces de niños jugando...
“La verdad es que es un belén de los que ya no se montan y el garaje se me queda chico”, presume este jienense nacido en 1959, que trabaja para una empresa de servicios vinculada a Caja de Segovia.
Fue precisamente contemplando cómo se montaba el “majestuoso” belén del Torreón de Lozoya cuando Martínez se decidió a “recuperar la tradición”. Del “poyete de una ventana” que utilizaba en su infancia, pasó a montar las figuras “en una mesa de televisión”, después “en la mesa del comedor” y desde hace años en su garaje, que abre sin dudar a todo aquel que quiera contemplar sus creaciones, inspiradas siempre en el estilo “clásico murciano”, que incluye “musgo, romero y plantas aromáticas”.
“Todos los años hago algo para aprender, me marco nuevos retos”, señala el belenista aficionado, satisfecho de que en Navidad “se corra la voz” y decenas de personas se asomen a su cochera. “Vienen hasta de Segovia capital, por eso hay veces que lo dejo puesto hasta finales de enero”, apostilla.